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(En la foto: Francisco Neves, creador de Guardianes de la costa)

Juventud, convicción y ganas al servicio de nuestros espacios comunes

Esas son algunas de las razones de ser de Guardianes de la Costa, un grupo de ciudadanos de la costa, que tiene por objetivo mejorar espacios comunes y preservar la maravillosa naturaleza que caracteriza la costa uruguaya, especialmente la del departamento de Canelones.

Detrás de cada emprendimiento consciente, siempre hay personas capaces de comprometerse con pasión y dedicación. Ese es el caso de Francisco Neves, su ideólogo y fundador, a quien tuvimos el gusto de entrevistar.

Mate de por medio, Francisco nos cuenta acerca de las razones de la Fundación de Guardianes de la Costa, su pasado, presente y proyectos a futuro.

Un poco de historia

Con sus hoy jóvenes 21 años, Francisco se interesa y comienza a dar sus primeros pasos en el año 2016, año en que surge Guardianes de la Costa.

Al ver las playas que van de Calcagno a Doroteo (foco actual y principal de Guardianes), se le presentaba un escenario sucio, descuidado, con una naturaleza desordenada, que hacía poco por cuidar la vida de la fauna y la flora que allí habitan.

Mucha cosa por delante y por hacer, son las que impulsan a Francisco a compartir esta problemática con un grupo de amigos, logrando con su entusiasmo “captar” a 5 voluntarios más, con los cuales crean formalmente Guardianes de la Costa.

La preocupación inmediata de Francisco no sólo fue la falta de compromiso de los habitantes de la zona y sus visitantes generando desechos sobre todo en las playas en temoprada estival, sino que las obras, que se deberían llevar a cabo para ayudar a tener una naturaleza ordenada y poder corregir aspectos de la misma, que conspiran con el medio ambiente.

Esta realidad lo llevó a contactarse con las autoridades de las Comisiones de Fomento de la zona y con autoridades departamentales, de modo de aunar esfuerzos, en pos de generar proyectos de preservación a largo plazo.

Dada la respuesta favorable de los actores invitados, Francisco sumó a su proyecto a otros jóvenes con las mismas inquietudes.

Era hora de prestar atención a las napas freáticas que tenían su salida natural por la playa, detener la pérdida de arena con la consiguiente erosión de las dunas, minimizar la acción de las acacias debido a que detienen el movimiento natural de las dunas e impiden el crecimiento de otras especias, entre otros objetivos que irían surgiendo con la puesta en marcha.   

Con las manos de lleno en el proyecto

Entre las primeras tareas que asumen, está la poda de las acacias, las cuales fueron introducidas en nuestra costa para fijar las dunas y mejorar el paisaje. No obstante, al no ser cuidadas, generaban una acumulación de materia orgánica en su base y entorno, a la vez de no permitir el crecimiento de otras especies de pastos y vegetales.

Aprovechan el material de esta primera poda y con el mismo realizan vallados de contención de arena para la formación de dunas. Más adelante plantan pastos dibujantes en las cercas captoras de arena.

Logran convocar para algunas de estas actividades en el entorno de 120 voluntarios, los que colaboran con ellos también en la instalación de cartelería, otra de las tareas de ordenamiento que habían programado llevar a cabo.

En la medida que van avanzando con los primeros trabajos comienzan a planificar los pasos siguientes, aumentan su contacto con las Comisiones de Fomento, recibiendo aparte del apoyo recibido hasta el momento, un espacio para llevar a cabo Talleres Informativos de modo de comunicar las actividades llevadas a cabo, las que estaban en curso y lo proyectado de cara al futuro.

Inquietos y decididos, se acercan también a la Intendencia Municipal de Canelones, de quienes reciben su apoyo en forma de cuadrillas para el trabajo de poda y cartelería.

A lo largo de los trabajos realizados, relevan la fauna y en algunos casos encuentran especias poco comunes para la zona. Expertos en el tema, han llegando a relevar unas 120 especies de aves (una de ellas en riesgo de extinción), así como liebres, tucu tucu y lagartijas.

En el marco del PPD (Programa de Pequeñas Donaciones), deciden acotar a la Parada 20 las tareas realizadas, con el fin de realizar un seguimiento más exhaustivo de todos los trabajos planificados y de esta manera, obtener información cuantificable de las metas cumplidas y el comportamiento del entorno, en cuanto al resultado logrado en base a lo previsto.

La idea es que la información que se releve muestre mejoras mensurables en el éxito de las tareas realizadas, ya que la idea es estudiar otra Parada y llevar a la misma, el modelo aplicado en la Parada 20, con los ajustes del nuevo escenario.

A la vez, Guardianes de la Costa comienza a ampliar su radio de influencia y actividad, mediante la participación en diferentes charlas, conferencias y talleres en distintas localidades, todas vinculadas con nuestro ecosistema.

Paralelamente, están analizando darle una mayor formalidad al grupo, buscando nuevos adherentes para el proyecto, lo cual le dará sostenibilidad en el tiempo, más allá de las salidas por temas laborales o de estudios de quienes integran hoy el emprendimiento.

Integrantes de Guardianes de la Costa: Francisco Neves, Josefina Villarmarzo, Paulina Cerruti, Richard Hernandez, Tiago Perez, Lucía Moreira. También son parte Mauricio Silvera, Maria Moneta, Lara Miranda y Sandino Rehermann.

Guardianes de la Costa es un claro ejemplo que cuando hay iniciativa, voluntad, responsabilidad social y compromiso, se hace más viable encontrar un proyecto o una actividad para que particulares puedan ser parte del cambio. Cómo señala Francisco “ la playa es un espacio y compromiso de todos” y estos jóvenes son la muestra de ello.

Involcurate con Guardianes de la Costa

Ingresá en involcurate.uy y sumate como voluntario/a encontrándolos en la categoría Medioambiente.

Nota realizada por Darwin Marigliani

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